Despidiendo a mi madre

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Hace tres días, mi madre falleció. El último mes ha sido muy duro, lleno de experiencias muy intensas, profundas, de mucha comprensión, de mucha ternura, también de mucha desesperación e ira por momentos, un camino de luces y sombras como ha sido realmente todo el camino de vida compartido, quizá como son todas las relaciones humanas. Se fue con 86 años, deseando desde hace ya mucho tiempo irse con su “Paco”, mi padre, enfadada con la vida por mantenerla aquí, y viviendo como aprendió a hacerlo, desde el sufrimiento, el dolor, y sin permitirse disfrutar de la vida por el sencillo hecho de estar viva. Pero cada uno tenemos nuestro camino.

Los dos últimos años han sido para mí de una profunda comprensión de todo lo vivido a su lado. Ha habido experiencias preciosas, pero otras también muy duras, como en todas las relaciones humanas. Mi necesidad de acompañar a otros se forjó ahí, en esa búsqueda de comprender por qué hacemos lo que hacemos y sentimos lo que sentimos. Mi última etapa en conexión con la maternidad y la primera infancia no ha sido más que otra manifestación de mi necesidad de comprender para llegar a un punto muy concreto … perdonara ella, al mundo, a mí mismo … para soltar historias, egos y dejar que trascienda aquello que realmente siempre está ahí y nunca muere … el Amor.

Así me quedo con un profundo Amor hacia ella, con un agradecimiento enorme por haber sido una gran Maestra en mi vida … por haberme permitido descubrir la niña que aún vivía en su interior … esa niña que quiero compartir en una de sus escasas fotos de infancia, antes de esa Guerra que tanto nos marcó, y que tanto la marcó con un miedo hacia la propia vida que, de una u otra forma, nos transmitió, porque no pudo hacerlo de otra forma, pero que precisamente por ello, ahora siento con más fuerza, al trascenderlo, la gran vitalidad que habita en mi ser.

Gracias, Mamá, por Ser.

 

8 Comentarios

    • Gracias de corazón, Montse. Más allá de las formas, de las experiencias vividas, cuando las sueltas, realmente queda ese Amor profundo que trasciende todo.

    • Muchas gracias por tus palabras, Lourdes. Al final, el amor es aceptación incondicional de todo, sin juicio … es complejo si nos anclamos a la historia vivida, pero siempre es posible soltar y sentirlo.

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